En 1930, con 60 años de edad y guiado por su admiración por la obra de Paul Gauguin, Henri Matisse se subió a un barco de vapor en San Francisco para viajar hasta las lejanas islas de Tahití. "Voy al Pacifico para ver la noche y la luz del amanecer que deben tener otra densidad," dijo. Matisse vivió en Tahití -principalmente las islas Tuamotu- durante dos meses y medio. Allí dibujó, hizo fotografías, observó el mar, el cielo, la vegetación y los polinesios, a los que comparó a "dioses del mar".
Foto: Gtres