El segundo país del mundo con más población, solo por detrás de China, y el séptimo más extenso del planeta es uno de los destinos más exóticos y vibrantes del mundo. Nueva Delhi, su capital, y Bombay, su ciudad con más habitantes, conforman el eje de un país muy rico en naturaleza, comercio y cultura. Lugar espiritual por antonomasia, la India fue dominada por los británicos, lo que le ha dejado muchas facetas del imperio que el país europeo forjó fuera de sus fronteras. Tras el movimiento independentista de Mahatma Gandhi, la India se convirtió en una república federal a mediados del siglo XX y su pluralidad religiosa, su carácter abierto y sus costumbres supusieron un gran atractivo para visitantes de todo el planeta.
Benarés es una de las ciudades más mágicas del país y una de las más antiguas del mundo. Situada al noreste del territorio, su simbolismo para los hinduistas es tan grande que se ha erigido como el mayor lugar de peregrinaje de la India. A orillas del río Ganges, los hindúes se purifican para alcanzar la liberación y parar el ciclo de la reencarnación. Bordeando el río, una infinita hilera de escalinatas parten de las decenas de palacios hacia el agua, donde un gran número de personas hacen ofrendas y rituales. Sin embargo, navegar el río también es una experiencia mágica, sobre todo al atardecer, del mismo modo que pasear entre sus calles repletas de vacas, ascetas y ancianos, en busca del templo Dorado de Shiva.
Los templos son uno de los mayores atractivos arquitectónicos del país, fruto de la proliferación de elementos naturales o artificiales en los que los hindúes intuyen una cierta sacralidad. Desde la adoración a una moto en Rajastán, que esconde un fatídico accidente, hasta el templo Karni Mata, donde campan libremente más de 20.000 ratas, pasando por una gran cascada helada en Amarnath, Cachemira, que se ha interpretado como el falo de Shiva, estos lugares sagrados son múltiples y de lo más curiosos, en muchas ocasiones.
Sin embargo, este país lleno de construcciones que veneran a dioses, tiene su símbolo más internacional en el mausoleo más impresionante de la India: el Taj Mahal. La construcción está dedicada a Sha Jahan, cuarta esposa de Mumtaz Mahal, el quinto emperador mogol de la India, tras su muerte. La que llegó a ser Primera Dama de Palacio le robó el corazón de tal manera que, tras morir en su decimocuarto parto, Sha prometió que no volvería a casarse y que construiría el mausoleo más bello del mundo para dar descanso a su amada. Patios, jardines, mezquita, fortaleza y otras tumbas se suceden en el espacio para maravilla de sus visitantes y de los más devotos.
Por supuesto, en la India también hay espacio para las celebraciones, siendo una de las más conocidas e importadas al resto del mundo el Holi. El festival de los colores se celebra entre marzo y abril, también en Nepal, en el que se encienden hogueras y se lanzan polvos de colores, una costumbre con orígenes míticos, leyendas sobre el triunfo del bien sobre el mal y el amor, que otorga a cada color un significado diferente y que reúne en un mismo lugar a personas de distinta condición.
Capital
Nueva Delhi.
Moneda
Rupia india
Idioma oficial
Hindi e inglés.
Visado
Sí.