Un equipo internacional de astrónomos, entre ellos José María Diego Rodríguez, del Instituto de Física de Cantabria, ha descubierto la estrella más lejana hasta la fecha, en una galaxia espiral tan distante que la luz de la estrella ha tardado 9.000 millones de años en alcanzar la Tierra. El telescopio espacial Hubble ha captado la luz de la estrella, que fue emitida cuando el universo tenía aproximadamente el 30% de su edad actual, unos 4.400 millones de años después del Big Bang.
La detección de la estrella a través del Hubble ha sido posible gracias a un proceso denominado lente gravitacional: la gravedad de un cúmulo masivo de galaxias, situado entre el observador y la luz distante, actúa como una lente natural en el espacio, curvando y amplificando la luz, que en este caso ha aparecido magnificada 2.000 veces. "Es la primera vez que vemos una estrella individual magnificada", dice Patrick Kelly de la Universidad de Minnesota y coautor del estudio. "Ahí fuera puedes ver galaxias individuales, pero esta estrella está al menos 100 veces más lejos que la siguiente estrella individual que ha sido estudiada, exceptuando las explosiones de supernovas", añade en un comunicado de la NASA que fue difundido ayer.
La estrella, apodada Icarus pero oficialmente denominada Lensed Star 1, ha sido magnificada por el cúmulo de galaxias MACS J1149-2223, a unos 5.000 millones de años luz de la Tierra y situado entre nuestro planeta y la galaxia que contiene a Icarus. Los astrónomos analizaron los colores de la luz procedente del objeto y descubrieron que era una supergigante azul, un tipo de estrellas más grandes, masivas, calientes y brillantes que nuestro Sol, pero a pesar de todos estos superlativos sólo ha podido ser observada gracias al Hubble y a la amplificación de la lente gravitacional. Supieron que no era una supernova porque ese punto de luz "no se volvía más caliente, no explotaba, solamente aparecía magnificado y eso es lo que ocurre con la lente gravitacional", comenta Kelly.
El descubrimiento ofrece nuevos indicios sobre la formación y evolución de las estrellas en el universo temprano, sobre los constituyentes de los cúmulos de galaxias y también sobre la naturaleza de la materia oscura. El telescopio espacial James Webb, que se encuentra en fase de desarrollo, aprovechará el fenómeno de la lente gravitacional para estudiar la evolución de las primeras estrellas del universo con un nivel de detalle nunca antes alcanzado.